Navegando en Torredembarra – The Movie
Y por fin, el vídeo de la navegada.
Tendréis que disculpar la calidad. No me aclaro como comprimirlo y que mantenga la relacion 16:9
Y por fin, el vídeo de la navegada.
Tendréis que disculpar la calidad. No me aclaro como comprimirlo y que mantenga la relacion 16:9
Parece que los buenos propósitos no han quedado sólo en eso. Esta semana me puse las pilas y me he apuntado a unas prácticas de vela en Torredembarra.
A las 9:30 ya estaba en el bar del puerto, el Guerass, tomando el café con el patrón, Aitor, y otros alumnos de PER que hacían sus prácticas de vela.
Un vistazo al velero, un 43 pies que todavía huele a nuevo -tendrá un año o así- y largamos amarras a ver qué encontramos ahí afuera. El parte de viento es flojillo y un velo de nubes nos filtra el sol. El barco se mueve a 3 knt a pesar del poco viento y apuntamos hacia Tamarit, aprovechando que el viento relativo nos da algo más de velocidad. A lo largo del día aumenta el viento y todos (Berta, José María, Ricardo, Carles y yo) podemos practicar en todos los rumbos. Ola cortita y pequeña que no llega a mojar pero quita bastante arrancada cuando ceñimos. Volvemos al largo ya con más velocidad y a las 1500 HRB amarramos en puerto y nos vamos a comer.
El domingo empezamos temprano. La previsión es de viento algo más fuerte que ayer pero al venir de tierra en el puerto estamos protegidos y no se nota. Aunque izamos la mayor y el foque, hemos de mantener motor porque a vela casi ni nos movemos. Al poco se cumplen las previsiones del patrón que ya nos anunció que al alejarnos de la costa recibiríamos el pasillo de viento del cauce del Gaià y vemos una línea de borreguitos sobre el mar. Por previsión tomamos un rizo en la mayor y en cuanto llegamos, PAF, 18 a 20 nudos y a ceñir!
Con ese viento en pocos bordos divisamos Tarragona mientras vamos pasando el timón de manos y practicando viradas y trasluchadas. Aitor sabe mantener un aire distendido y te deja que te equivoques cuando el error no es crítico, aunque siempre está junto al timón. Los rumbos portantes parecen más tranquilos (menos viento relativo y las olas acompasadas a nuestro rumbo) pero no es así para el timonel. La sensación en la rueda es mucho menos evidente y como te despistes te quedas mirando a Pamplona.
Al llegar a puerto, miramos el track del GPS plotter que muestra perfectamente los bordos de ceñida y los tramos de vuelta de través y al largo. Es curioso como aunque la sensación sea de ir más lento, al navegar con vientos portantes se llega mucho antes al no tener que hacer tantos bordos.
¿Qué he aprendido?
El fin de semana que viene vuelvo para completar estas prácticas. Voy a intentar hacer una previsión méteo consultando los boletines y contrastarla con la realidad in-situ.
¡Buena proa!
O mejor dicho, esto acaba de empezar.
Hace ya un añito casi que me decidí a esto de navegar y la cosa no avanza. He leído libros, he sacado títulaciones, he consultado foros. Todo eso está muy bien, pero, si el objetivo es navegar… qué hago en tierra?
De este finde no pasa, me voy a navegar.