Trimando génova
Nueva experiencia a bordo del Naruto. Esta vez en una regata con viento suave. El viento suave no nos beneficia tanto como a los barcos más pequeños, así que mientras no tomamos arrancada vemos como éstos se alejan.
Para lograr arrancada al principio hay que dejar embolsar un poco el génova, para darle potencia, y a medida que tomamos velocidad, el caña va punteando cada vez más y el trimmer de génova va cazando para aplanarla. Hay que ir vigilando las lanitas que dibujan el sentido de los filetes de aire en el perfil de la vela. Lanitas de barlovento (intradós, en un perfil de ala) caidas, hay que cazar escota. Si se caen las de sotavento (extradós) hay que amollar escota. Todo esto lo voy haciendo siguiendo los consejos de Toni y Josep que me van indicando pacientemente cuando me despisto. Llegando a la primera boya, hemos cedido algún puesto porque el trimmer soy yo y no me entero y porqué hemos elegido el bordo menos favorable, aparte de que el viento suave ayuda más a los veleros ligeros.
El recorrido es triángulo+ceñida en que roló algo el viento y nos permitió izar el spi grande en el tramo de través y mantenerlo en la empopada. El rumbo a la segunda boya no estaba demasiado claro, así que parte de la flota que iba en en cabeza se desvió más de lo necesario regalando metros que nos apresuramos a recoger hasta recuperar una posición mejor. ¡No siempre íbamos a tener mala suerte!
Interesante el pique al llegar a la segunda boya con el Hechicero de Héctor, un magnífico navegante que siempre está arriba en las clasificaciones. Un aplauso al fair play y a la elegancia al cedernos el paso en un cruce en el que tenía la preferencia y que así no nos obligó a hacer un bordo en mal momento; aunque no te pierdas su spinaker que parece patrocinado por la Selección Argentina, che viiiite!
Felicidades también a Edu, que con su LampoRosso nos demostró que las manos hacen mucho
Y como siempre, unas fotos…