Abarloarse en alta mar
Hoy hemos salido a dar una vuelta a vela pero lo cierto es que casi no hacía viento y apenas nos movíamos a un par de nudos. Nos hemos cruzado con Hechicero, un Sun Fast 52 del CV Mataró, habitual en las regatas de club. Para poder intercambiar unas cervecitas calientes por otras frías, nos hemos abarloado, aprovechando el mar en calma.
Hemos compartido risas, un baño con agua fresquita y la sombra de su enorme vela mayor, que se agradece en días de tanta calor y calma chicha.
Para abarloarnos hemos colocado todas las defensas en la banda correspondiente y hemos amarrado dos largos de proa y popa, no muy tensos para dejar un poco de libertad de movimiento a los dos veleros y librar de esfuerzos innecesarios. Ha sido fácil con un velero tan grande; con otro de nuestra misma eslora supongo que hubiese sido mejor dos esprines o dos amarras al través para repartir los esfuerzos. Al tratarse de esloras distintas, no había peligro de que las crucetas o el palo se enredasen, pues quedaban a suficiente distancia el uno del otro.
Para bañarnos, por supuesto, un cabo largado por popa y la escalera de baño abajo. Es curioso como a pesar de parecer que están parados, los barcos se alejan en cuanto te despistas unos segundos. ¿No queremos acabar como los protagonistas de esta película, verdad?
quin goig! quan la mar convida a poder disfrutar de moments com aquest