Regata Puig Vela Clásica 2014
Mi primera regata de clásicos, la Puig de Vela Clásica, empieza a lo grande formando parte de la tripulación del Schooner Eleonora.
Elonora es una réplica exacta del Westward, una de las goletas más rápidas del mundo cuando se construyó allá por el 1910 con diseño de Herreshoff. 160 pies y más de 200 toneladas propulsados por más de 1100 m2 de superficie vélica, que necesitan de muchas manos para izar y trimar. Su historia al completo la puedes ver aquí (en inglés)
El día previo a la regata hacemos una salida de entrenamiento. Se empieza temprano, a las 8:30, para poder preparar todo para zarpar. Instalar escotas y roldanas en cubierta, ordenar multitud de cabos en forma de 8 en cubierta para evitar líos y cocas. Sustituir y reparar algunos cabos y anclajes, etc.
A eso de las 11, salimos por la bocana. Brendan, el primer oficial, nos hace un briefing de seguridad. Nos recuerda que un barco tan grande tiene cargas muy superiores a las de un velero convencional e insiste en la precaución al manejar winches y escotas. Iniciamos el izado de la mayor.
La goleta se caracteriza por tener dos o más mástiles, el mayor situado más a popa y un trinquet. Cada mástil tiene una vela cangreja y otra vela superior y además alguna vela situada entre ambos. A proa de los mástiles, hasta tres foques. En configuración de ceñida, Eleonora puede usar 8 velas.
Algunas velas requieren la coordinación de varios tripulantes para el izado, alguno de ellos encaramado al palo para fijarlas. Pedro y Charlie se pasarán media regata subiendo y bajando al palo para solucionar cosas y hacer ajustes. Cuando acabamos de izar la última vela ¡ha pasado hora y media!
Tengo asignado el trimado de la trinqueta (foresail). Como la goleta tiene una disposición del centro vélico distinta a la de un velero aparejado Marconi (Sloop), al iniciar la virada, la vela trinqueta dificulta la acción del timón y conviene amollarla para facilitar el giro. Una vez el barco al nuevo rumbo ya se puede cazar para darle potencia progresivamente. El sistema es un poco contrario a lo que he aprendido hasta ahora, así que hay que estar atento a las instrucciones que vienen de la popa. A bordo tienen un sistema de signos indicando el número de vela y la acción requerida, que se hace imprescindible para entender las órdenes a pesar del ruido del viento.
Tras unas cuantas viradas hacia barlovento, izamos el gennaker y una vela enorme entre los dos palos que es como un gigantesco spi. Y Eleonora empieza a volar. El entrenamiento fué un éxito y le siguieron tres días de regata fantásticos, con una meteo casi perfecta y una tripulación increíble que disfruta de su trabajo, de transmitir sus conocimientos y de navegar a bordo del Eleonora, el barco más grande que participaba en la Regata Puig Vela Clásica.