¿Se puede navegar en invierno?
El otro día me sorprendieron con una pregunta, que creo que es un reflejo de la visión que tiene gran parte de la sociedad acerca de nuestro deporte:
«En invierno ¿también se navega?»
Vivimos en un país donde, al referirse a la navegación a vela, muchos imaginan al velero fondeado en una idílica cala de aguas turquesas -desierta, por supuesto- y a una tripulación ocupado sus jornadas en largas siestas tan sólo interrumpidas por un chapuzón ocasional para aliviarse del calor.
El caso es que en el resto de países de Europa, esta situación es bastante distinta. Se considera una actividad deportiva, en un medio que puede llegar a ser hostil y que requiere de una formación y de unos conocimientos que exigen de pasión y de una voluntad de aprendizaje contínuo. Así que es frecuente ver a navegantes ingleses y franceses con su traje de aguas, gorro y guantes, navegando llueva o haga sol en aguas del Solent o de Bretaña. Muchos de ellos no tienen barco propio, pero si muchas millas navegadas. Centros como Les Glénans en Francia o los centros de formación de la RYA en Gran Bretaña desarrollan cursos especializados para casi cualquier tipo de necesidad relacionada con la navegación. Son cursos a los que los navegantes acuden sólo por la voluntad de aprender, ya que en sus países no es necesaria titulación para gobernar embarcaciones de recreo a vela.
En España estamos a años luz de ese modelo, hay una especie de obsesión por acumular títulos y galones rellenando exámenes tipo test y por contra, escaso interés en navegar en cuanto las condiciones no son ideales. Todo ello fortalece, aquí, una cierta imagen de actividad ociosa y opulenta, al alcance de unos pocos afortunados que no tienen otro modo mejor para broncearse en verano alejados de las muchedumbres de las playas. Dicho lo cual, uno entiende el porqué del afán protector y recaudador de la Administración que… bueno, eso lo dejo que me lío y me alejo de la pregunta, que hoy me ha dado por desvariar.
¿Se puede navegar en invierno? Si, en invierno se navega, igual de bien que en verano, y a veces hasta mejor, sólo que hay que abrigarse un poco más y estar algo más atento a los pronósticos meteo, que suelen ser algo menos fiables que en verano. Si se prevé travesía nocturna hay que usar un sistema de capas que permita mantener el calor expulsando la transpiración, y una chaqueta impermeable y transpirable. Botas de agua, guantes, gorro. ¡En una guardia de madrugada no sobra nada!
Esta mañana en aguas de Premià, segunda prueba de la regata Maresme Sud 2013, más de 25 barcos en el agua, temperatura casi agradable, pero la mayoría de tripulaciones bien abrigadas 🙂
La semana que viene comienza, en aguas de Barcelona, el Campionat Interclubs de Catalunya, donde tripulaciones de más de un centenar de embarcaciones pelearán por el podio, haga frío o haga calor.
¡Bien dicho, Vicente! ja, ja. con tu permiso voy a hacer mía la frase «en invierno se navega, igual de bien que en verano, y a veces hasta mejor» cuando venga a cuento.
Un saludo desde Andalucía.
Si señor, en invierno se debe poder navegar. No tan bien como en verano, pero equipándose adecuadamente.. es posible¡
Saludos, Vicent RI-ROS