Algunas fotos de la 2ª Regata Costa Brava
Fotos de la regata Costa Brava 2010. Mataró-Medas-Port d’Aro
Crónica de la regata en este otro post.
Fotos de la regata Costa Brava 2010. Mataró-Medas-Port d’Aro
Crónica de la regata en este otro post.
Edición 2010 de esta regata costera que, saliendo de Mataró, nos lleva a lo largo de la Costa Brava hasta las Islas Medas, y de allí media vuelta para llegar al puerto de Port d’Aro sorteando las Islas Formigas.
El parte méteo que daba pie a dos opciones estratégicas bien distintas –cerca de la costa para aprovechar las brisas terrales nocturnas, o mar adentro para anticiparse al role a NE que estaba previsto para la mañana del sábado– En cualquier caso estaban previstas zonas de calmas entre la noche y la madrugada, así que tomamos la decisión de ir por enmedio, sin creer demasiado en la aparición de brisas de tierra ni alargar demasiado la ruta saliendo a mar abierto. Nada más virar la boya de desmarque todos vamos navegando con spi a un largo. En el Naruto mantenemos un rumbo que nos separa algo de la costa. Antes de la caída del sol varios barcos hacen un bordo hacia tierra en una clara apuesta por la variante «costera». Nosotros nos mantenemos en rumbo directo. Salen menos millas, aunque a medida que baja el viento la mejor opción será el lado que tenga algo, independientemente de que el recorrido sea más o menos largo.
Al hacerse de noche aumenta mucho la humedad, tanto que el spi está empapado y el que esta trimando recibe una lluvia de gotitas cada vez que una racha sacude la vela. Como el viento cae cada vez más tenemos que ir jugando con el rumbo para mantener algo de velocidad. Ahora orza, ahora cae… a unos 4 nudos. Al través el faro de Tossa llega la temida encalmada, son las 0200 am y me voy a dormir.
Desde el camarote despierto con el barco escorado y el ruido del agua al correr sobre el casco. Ha entrado viento de W y el mar como un plato hace que Naruto aproveche hasta la última brizna, alcanzando 8 kts al través. Me doy la vuelta y sigo durmiendo, allí arriba lo están haciendo muy bien. Me levanto antes de las 0600, hago café y subo a cubierta. Caras de sueño. Estamos de nuevo en una zona de calmas antes del cabo de Bagur. En menos de una hora nos alcanzan varios veleros. Alguno, menos pegado a tierra que nosotros sigue avanzando en dirección a las Medas. Vemos como el viento pinta rachas en la superficie del agua justo a media milla de nosotros, pero no llega… es desesperante ver como todo lo ganado durante la noche se pierde en un rato. Finalmente entra el viento –de NE como estaba previsto– y arrancamos, pero los dos primeros ya ni se ven. Continuamos pegados a la línea de viento. La zona de calma se está desplazando a nuestro estribor y acabará alcanzando a los que iban mar adentro.
Los dos primeros (Miaja y Tanit) aparecen al otro lado de las Medas, han virado y nos llevan una ventaja increíble. Eso debería desanimarnos, pero «todavía queda mucha regata!»
Entre cabo de Bagur y las islas recuperamos 4 ó 5 posiciones, viramos las boyas y desplegamos spi para volver en dirección a Port d’Aro. Trimando con cuidado rebasamos a otros competidores. Los únicos que se nos resisten son el BH36 Tauró y el 40.7 Dimna que luchan por la posición; nos cruzamos algunas veces tratando de desventarnos mutuamente. El viento es suave, así que si consigues que tu contrincante pierda velocidad, luego le cuesta mucho recuperarla y puedes sacarle una buena ventaja. Cuando llega por la popa, has de orzar para impedirle que te adelante por barlovento, eso te hace ganar velocidad, aunque no hagas exactamente el rumbo deseado. Acercas el tangón a crujía, la escota se tensa mucho más y necesitas la ayuda de un tripulante en el winche para trimar, el spi se hincha hasta que parece que va a estallar y el palo y la jarcia cruje y chirria por el esfuerzo. La estela del barco parece la de una motora… y el oponente se rinde al no poder orzar más, porque si te adelanta por sotavento, el que resulta desventado es él y se para.
Como hay muy buena visibilidad y tenemos las bajos del freu de las islas Formigas bien situados en la carta y el GPS decidimos cruzar por el medio, ahorrándonos un bordo de media milla. Allí sacamos más ventaja al grupo que nos perseguía y nos relajamos un poco. Error que daría a Tauró una posición por delante nuestro (por sólo 5 minutos en más de 18 horas de regata). No se puede bajar la guardia, está claro que no te perdonan ni una 🙂
Llegamos al Port d’Aro donde nos recibe muy amable el comité de regata quienes están controlando las llegadas desde la torre de control del puerto, que ofrece una vista inmejorable de la línea de llegada. Mañana habrá otra regata así que vamos a descansar y a disfrutar de la hospitalidad de este puerto.
A la mañana siguiente entra niebla bastante densa en toda la línea de la costa, estamos un par de horas esperando que el viento la despeje para comenzar la regata, pero el comité considera peligroso soltar a 40 barcos llenos de piratas ávidos de sangre en medio de la niebla y decide anular la regata, así que directamente y sin pisar tierra, arrumbamos hacia el sur. Un primer bordo para separarnos de la costa, que no se ve ni a media milla y luego en ceñida, con un mar bastante plano vamos haciendo hasta casa. A mitad de la travesía una patrullera oscura de Aduanas da un par de vueltas observándonos pero deben deducir que tenemos la declaración al día, porque saludan y se van.
Al atardecer entramos en el puerto de Mataró con los deberes hechos. Hicimos un cuarto puesto en la regata y nos tocó un kayak hinchable en el sorteo de regalos 🙂
Es ya la segunda edición de esta regata que fue un éxito el año pasado y lo ha sido en esta ocasión, en que se han mejorado algunos pequeños detalles. Felicidades a los organizadores. Cuando se hacen las cosas con cariño y afición real por el deporte las cosas salen así. Ahora a preparar la tercera… ¡habéis dejado el listón muy alto!
Tienes más fotos en este otro post.
¿Qué he aprendido en esta regata?
He empezado a trimar spi, a sentir la diferente potencia de la vela en función del rumbo, a anticiparme a la «plegada de oreja» pero dejando respirar la vela para tener siempre el máxima superficie de vela expuesta al viento, generando impulso.
He llevado la rueda en ceñida, con viento flojo, manteniendo los catavientos del génova paralelos para generar aparente y aumentar la velocidad. Es un ejercicio de concentración constante, si te distraes un segundo pierdes rumbo, pierdes velocidad y toca empezar de nuevo. Es como un videojuego de esos en que la partida dura más cuando lo haces bien. Y al igual que los videojuegos, engancha.
Recientemente, los dos superveleros participantes en la Copa América de vela, BMW Oracle y Alinghi han realizado una exhibición de prestaciones en aguas valencianas. Alguno con mejor resultado que otro pero ese no es el tema que nos ocupa. El asunto es que en su primer match race, alcanzaron velocidades superiores a los 20 nudos con apenas 8 nudos de viento.
¿Cómo puede ser esto? Para entenderlo hay que entender el concepto de viento aparente.
A medida que un barco de vela aumenta su velocidad, al viento real se suma el generado por la propia velocidad del barco. A esto se le llama el viento relativo o aparente. Al aumentar dicho viento aparente, el velero ya tiene más viento con el que generar más velocidad y así sucesivamente. En teoría podría seguir aumentando indefinidamente, pero el limite lo pone el coeficiente de resistencia (hidrodinámica y aerodinámica) que llega un momento que es superior al empuje que pueden generar las velas.
Por otra parte, a medida que aumenta la velocidad del barco, el viento aparente viene cada vez más a proa. Para entender este fenómeno hemos de descomponer las fuerzas en dos vectores, el del viento real y el de la velocidad del barco. Cuando aumenta la velocidad del barco, ese vector » se alarga» lo que hace que la resultante, que es el viento aparente varíe su ángulo acercándose más a la línea de crujía. Esto es, más hacia la proa. Eso supone otro límite: cuando el viento role tan hacia la proa que supere el ángulo que permiten ceñir nuestras velas, estas dejarán de tener sustentación y perderán potencia impidiendo que aumentemos la velocidad y volviendo a llevar el viento aparente hacia el través.
¿Qué pasa pues con los vientos portantes, aquellos que van entre el través y la proa?
Dependerá del tipo de vela que usemos y de la velocidad que sea capaz de alcanzar el casco de nuestro barco. En principio (exceptuando un viento que llegue justo por la popa) el viento aparente irá rolando en dirección a la proa, lo que nos permitirá trimar las velas de un largo, al través y de allí a la ceñida a medida que alcancemos velocidades mayores.
Los catamaranes y trimaranes de la Copa América tienen mucha potencia vélica y poca resistencia, lo que les permite llevar al límite esa teoría, usando gennakers y foques enormes y ligeros como el code 0. Empiezan navegando con el viento por el través y a medida que ganan velocidad van trimando la vela para ceñir, logrando velocidades muy superiores a la del viento.
A otra escala, bastante más modesta, es lo que hicimos el pasado domingo en la regata El Balís-Barcelona. A pesar de tener un viento real bastante débil y de haber hecho una salida bastante mala, fuimos ganando aparente hasta lograr una velocidad más que respetable, entre 6 y 8 nudos. Lo que nos permitió acabar el recorrido adelantando a veleros de mayor eslora. El First 36.7 Tete, agradece mucho que estés constantemente ajustando el trimado de las velas y va sumando décimas que aumentan el aparente, mejorando la velocidad, etc, etc… en la foto, alcanzando a un First 40.7 en la llegada a la boya de meta.
Y en la práctica ¿esto como se come?
En ceñida: cualquier maniobra de virada supone perder velocidad del barco. Por eso, al virar en ceñida y cambiar el foque de banda, al principio no podemos cazar a tope la escota, porque no hemos alcanzado aún la velocidad necesaria para sacar rendimiento a ese ángulo de vela. A medida que vayamos ganando velocidad podemos ir aplicando más tensión a la escota para aplanar la vela y lograr más sustentación y velocidad.
Con spi al largo: empezaremos orzando un poco para ganar velocidad. A medida que ésta aumente el viento aparente se desplazará más al través (en dirección a la proa) y nos permitirá caer más manteniendo una velocidad que no hubiésemos logrado de otro modo.