Este lunes por fin pudimos trasladar al INXS! Habíamos quedado la semana, pero una previsión de gregal de 30 nudos nos hizo desistir. Y menos mal, porque en el Cap de Bagur se registraron rachas de casi 50. Ya lo cruzamos con el 35 pies un día con 20 knt; no quiero imaginar las olas que se deben montar con más del doble de viento.
Bueno, al lío, esta vez teníamos vientos portantes de SW, que se quedaron en una popa redonda al poco de salir del RCNB (tuvimos que esperar a las 0900 a que abriesen el puente del Maremagnum). Eso hizo delicado el manejo de la caña para evitar trasluchadas, y no nos podíamos fiar del piloto, así que tocó llevarlo a mano. Suerte de Jordi, que es un máquina y no se despistaba un momento a pesar de las olas cruzadas, el foque en orejas de burro y las roladas constantes. Hacía años que no pasaba tanto frío. Ni entrando en la cabina y tapado con una funda de vela conseguí dejar de tiritar. Tanto que cuando nos alcanzó el frente a media tarde agradecí esos grados más de temperatura y ya no importaba tanto la llovizna que caía intermitente durante todo el día. Al cruzar entre tierra i las islas Formigues ya teniamos 20 nudos de viento aparente que nos hacía planear a más de 10 en las olas que entraban por la aleta.
Al oscurecer, cosas del solsticio, dejamos las islas Medas bien cerca por babor porque las boyas interiores tenían una luz muy débil y no se veían hasta estar encima. El viento de unos 15 nudos, se volvió muy racheado al entrar desde tierra, y nos hacían trabajar a fondo la escota y la contra de la mayor para mantener el control cuando cargaban las rachas de 25 y 30 nudos. Alguna planeada a 13 knts! Sorprendente lo que aguanta el barquito este, y son sólo 31 pies!
A mitad de bahía de Rosas amainó el viento y acabamos poniendo una punta de motor para poder llegar a tiempo de cenar. Los ojos bien abiertos para identificar una piscifactoría que se les ha ocurrido plantar en la línea recta entre el último cabo y la bocana del puerto y que tiene unas luces que se confunden con las de la costa. A las 2000 ya estábamos amarrando. En total 11 horas para unas 80 millas, que nos da una media de más de 7 knts. En el puerto nos trataron de lujo con sopa caliente y entrecot que nos hizo olvidar al instante el frío pasado. Y de postre Taps de Cadaqués, ¡recomendados!
Qué he aprendido: Abrigarse bien es poco. Si el día es húmedo y frío hay que abrigarse mucho… más que mucho. Si te cala el frío hasta los huesos ya es muy difícil entrar en calor.
En cuanto a las rachas, ya lo dicen, el barco aguanta si aguanta la tripulación, así que me buscaré un buen traje de aguas para no ir tan tieso la próxima vez y divertirme más 🙂
A la mañana siguiente, por supuesto soleada y calentita, pasé a despedirme del INXS! antes de volver al trabajo… no será la última 🙂
Y ahora un poquito de vídeo que es como se ve mejor.
Se me quedó este post en el tintero.
Son libros de temática náutica que leí este verano y que me parecen recomendables. ¿Tienes alguno que recomendarme?
Daniel Hays/David Hays
El viaje de un padre y su hijo en un velero de 8 metros alrededor del cabo de Hornos explicado por los dos de un modo bastante diferente.
Bien escrito y muy divertido.
Justin Scott
Tras ser arrollado por un petrolero, el protagonista lo persigue por medio mundo a bordo de un Swan para hacerle pagar lo que ha hecho. Un best seller entretenido.
Ayer tuve la suerte de estar cerca de la salida del Desafío del Marítim. Una regata en «modo Desafío» en que las tripulaciones compiten en parejas uno contra uno. No se muy bien si es un match-race, se arrojan un guante o es la organización quien decide quien se enfrenta con quien. Lo cierto es que se lo tomaban tan en serio como cualquier barco moderno de regatas, y es que ya lo dice el refrán, dos barcos que se encuentran en el mar son una regata.
También pudimos ver al Santa Eulalia, que hasta ahora había visto muchas veces en el Moll de la Fusta, pero nunca navegando. Cuando estábamos en la salida de la regata, rompimos el cable de la inversora y tuvimos que volver a vela hasta la dársena del puerto donde una zodiac del club nos ayudó a amarrar.
Me sorprendió ver que aunque vivimos en una ciudad con dos millones de habitantes, con 5 puertos deportivos abarrotados de barcos en pocas millas, un día festivo, con un sol espectacular, brisa suave y sin apenas olas… apenas habría tres docenas veleros navegando.
Han sido unas semanas muy intensas, muy centradas en la navegación, aunque no siempre en el agua.
Ya comenté que desde su fundación colaboro con Anavre. Durante este año hemos tenido bastante (mucho) trabajo organizando las bases de esta asociación en defensa de los derechos de los navegantes. El caso es que surgió la oportunidad de presentarla al gran público con ocasión del Salón Náutico de Barcelona, y apenas un mes antes hubo que preparar el stand, la cartelería, una presentación en el Espai de Mar. Luego los turnos de permanencia en el stand, afortunadamente con el apoyo de muchos socios; la asistencia a muchas ponencias interesantes, contactos con mucha gente, etc… Más info aquí.
Pero el esfuerzo ha valido la pena, Anavre ya tiene una base sólida y camina hacia un futuro esperanzador ¿Llegaremos algún día a parecernos a la RYA? Quien sabe.
Este pasado fin de semana pude volver al agua a bordo del Naruto en la regata Marbor. Condiciones ideales, con poca ola y entre 8 y 15 nudos. Y como siempre, una salida muy reñida.
Y para redondear, el miércoles, 02 de diciembre de 2009 a las 20:30, la oportunidad de conocer a tres navegantes oceánicos recién llegados de Salvador de Bahía (Brasil), a donde fueron navegando en una de las regatas míticas, la Mini Transat.
Anna Corbella, Toni Weijl y Gerard Marín han cruzado el Atlántico en solitario, a bordo de estos bólidos de tan sólo 6 metros y medio de largo. A Hugo Ramón ya tuve la ocasión de conocerle en el Salón Náutico. Ahora no me quiero perder a estos cracks que vienen a contarnos su aventura. En el Margarita Blue, local ya mítico de Ciutat Vella (Barcelona) Vela, cocktails y aventuras oceánicas. Todo es navegar. Navegar es todo 🙂