Unas fotos de la edición de este año de la regata Costa Brava 2012, con salida en Mataró y llegada a Port d’Aro, virando previamente las Illes Medes.
Hacemos una salida digna y tras una boya de desmarque a media milla iniciamos el recorrido hasta cerca de las Medas con spi, a una media de 8 kts y con puntas de 10. Divertidos piques durante toda la noche con Dimna (First 40.7) y Miaja (Dufour 40) quienes optaron como nosotros por navegar alejados de la costa siguiendo el viento de gradiente.
Sobre las 2:00 am llegamos frente a las islas Medes en primer lugar (aunque otros patrones afirman lo mismo, así que supongo que de noche todos los veleros son pardos y ya se sabe :-). Comentamos que es la primera regata en que no veremos amanecer en las islas, que tal vez llegaremos a Port d’Aro aún oscuro, que tendremos que esperar para los cruasanes, que… orzada!, racha bestia, botavara al agua, dos orzadas más y todos a proa a bajar el spi. Seguiremos con génova, pero la alegría nos dura dos minutos porque el viento empieza a amainar, hasta detenerse por completo.
Nos encontramos con una calma absoluta que nos hace perder todo lo ganado hasta entonces, mientras observamos con desesperación que los que optaron por una navegación más cerca de la costa van apareciendo por babor, ocultando con su silueta las luces de l’Estartit. El resto de la flota, que habíamos dejado un buen trecho atrás, también se acerca inexorablemente y cuando queremos darnos cuenta los tenemos encima. Nosotros parados sin conseguir arrancar el barco y a nuestra popa, como una aparición, el Petrus (Dufour 40) con su enorme asimétrico y avanzando en silencio en la noche nos da alcance y se pierde a nuestra proa apuntando a las boyas que contornean el área protegida de las islas Medas. Otros barcos más ligeros aprovechan la mínima racha para ir ganando posiciones.
Cuando sale el sol apenas hemos conseguido rodear el conjunto de islotes.. Hay una veintena de barcos en un pequeño radio y cuatro más algo adelantados, un par de millas pero también parados. Probamos, spi, génova, el otro spi. Escotas finas para quitar peso y dejar que infle con el más leve suspiro hasta que finalmente alcanzamos una zona con algo de viento y podemos trazar unos bordos en ceñida en dirección a la meta.
Como en esta ocasión vamos 9 tripulantes a bordo, nos colgamos de la banda para mejorar unos grados el rumbo y así conseguimos recortar poco a poco distancia a Mentha (First 45 s5) camino de Port d’Aro, adonde llegamos en poco más de 19 horas de regata.
La regata Costa Brava, que en origen fue la «Rumb a Roses», está ya establecida y con marca propia en el circuito de regatas de altura. Me permito proponer que en un futuro los organizadores incluyan el recorrido de vuelta a Mataró como una manga más de la regata que sumase en la clasificación final. Creo que podría ser un concepto interesante y permitiría aprovechar el traslado de vuelta para competir. Claro que entonces no podríamos parar en Can Flores para comer una paellita 😉
Salir una tarde a navegar a bordo de un velero de carreras no es una ocasión que pueda desperdiciarse, así que cuando supe que el Pakea Bizkaia, el Imoca 60 con el que Unai Basurko hizo un tercer puesto en la Velux 5 Oceans del 2007, está en Barcelona y se puede probar, no me lo pensé dos veces y decidí que sería la ocasión ideal para volver a navegar tras dos meses en seco.
Sensaciones similares a las del Mirabaud, aquél otro Imoca, algo más antiguo, que tuve ocasión de probar el año pasado. La combinación de su gran eslora, poco desplazamiento (8 toneladas para un barco de 60 pies es muy poco) y una gran superficie vélica consigue prestaciones considerablemente superiores a las de veleros más normales. Además de su velocidad que es lo primero que llama la atención, el manejo es muy cómodo y reactivo. Al tener tan poco peso, los cambios de rumbo y ajustes en la caña son directos e instantáneos con una sensación más de estar manejando un vela ligera que un barco de crucero.
La salida fue corta, poco más de una hora que sin embargo bastó para recorrer el litoral barcelonés con puntas de 15 kts en un día de poco viento y mar de fondo de gregal. Esta inciciativa de convertir el Pakea Bizkaia en un velero disponible para salidas es de Roger, la cabeza pensante y navegante de ItacaAdventure. Así que si te gusta navegar y siempre has querido probar un Imoca y saber qué se siente a la caña de uno de estos bólidos, ahora ya no tienes excusa. Yo por lo pronto repetiré en una travesía más larga.
Una regata, al revés, como aquella Marbor que me encantó, pero esta vez organizada por el CN Garraf. Ayer mismo me llamó Andrés para proponerme hacerla a dos, en su Pogo clase Mini650 y aquí me tienes, controlando tiempos para cruzar la línea de salida ni antes ni después. El recorrido, de 14 nm, desde la bocana del port de Garraf hasta la boya del estany de la Murtra, en Gavà y volver. Como el primer tramo es a un largo, nos ponen una boya de desmarque media milla a barlo.
Salimos con tiempo para irle cogiendo el feeling al barco y ya veo que la ceñida no es su fuerte. Acostumbrado a cruceros de más eslora y más ceñidores, esto da una sensación muy rara, en cuanto intentas orzar un poco se para, pero se para casi en seco porque pesa poco y no aguanta la arrancada. La ola corta de cara no es que ayude tampoco.
Pero bueno, conseguimos salir bien y virando la boya de desmarque nos adelantan sólo tres -los tres últimos, porque por rating ya salíamos media hora después del primero!-, una izada de asimétrico un pelín accidentada, pero nada grave, empezamos a hacer planear el barco a 7 y 8 kts y recortamos un poquito la distancia al penúltimo, pero sólo un poco. Seguro que en buenas manos este Mini haría 10 kts grrrr… Pero bueno, no rompemos nada, la arriada la hacemos casi bien y viramos boya sin apurar demasiado. Para asegurarnos que la hacemos bien la viramos dos veces -sin comentarios-
Ahora viene la ceñida. Se supone que llegados a este punto deberíamos llevar ventaja sobre el resto de barcos, más ceñidores, para irla perdiendo poco a poco hasta la llegada. Pero el caso es que el barco que tenemos a proa se ve bien pequeñito. Aún así no nos desanimamos y decidimos sacar el máximo partido de lo que sabemos y de las condiciones. Sobre todo «concentramiento» nos repetimos. Si vas dejando caer el barco un poco coge velocidad y luego puedes ir orzando un poco hasta casi pararlo y luego caer de nuevo… no se si es muy teórico pero con esa ola y el viento menguante es la única forma de hacer avanzar el barco hacia la meta.
Cuando estamos frente a la bocana de Port Ginesta, nos queda poco más de una milla y el viento va amainando, nos llaman de la organización por si nos queremos retirar. ¡Nunca! llegaremos aunque sea de noche. Un par de bordos más y casi llegamos a la línea -entre la boya y la farola verde de la bocana- pero muy cerca de las piedras, y mejor no arriesgar, así que… otro bordo, que ya no viene de ahí -y en ese momento el barco da un brinco y en vez de 2,5-3 kts que hacíamos en la última milla se pone casi a 5. No me lo puedo creer, ahora que ya hemos llegado?, me parece que no lo estamos llevando muy bien. Última virada y, ahora si, entramos como unos campeones llevando bien alto el farolillo rojo.
Disculpas a los que amablemente nos esperaron para la entrega de premios. La próxima vez no esperaréis tanto, prometido 🙂
Y si esto lo lee algún navegante de Mini650 y se anima a darnos algún consejo será bienvenido y recompensado con cervecitas.
Tercera edición de esta regata que amenaza con convertirse en una clásica del Mediterráneo. De momento unas fotos y ya os contaré más adelante como fue.