Una de las cosas incordiantes de las regatas de cruceros, es el tema de los ratings y los tiempos compensados.
A diferencia de las clases monotipos, en que todos los barcos son de idénticas características y compiten en tiempo real, en vela de crucero navegan la misma regata barcos muy diferentes entre si. Para hacer posible esto en condiciones más o menos justas para todos, se asigna un handicap (rating) a cada barco que se multiplicará por su tiempo final, dando el tiempo compensado. Con lo que al cruzar la línea de llegada, aún no sabes en qué posición lo has hecho, pues barcos que vienen por detrás pueden «adelantarte» en tiempo compensado.
La regata de hoy ha cambiado eso. En vez de aplicar el tiempo compensado en la llegada lo han hecho en la salida. De este modo, los barcos con el rating más bajo han salido los primeros y a nosotros nos ha tocado 16’12» más tarde. Por detrás partían los que tienen un rating superior al nuestro.
Aunque a primera vista elimina parte de la estrategia de una regata, como es la posición de salida; el resultado ha sido mucho más emocionante de lo habitual, con una referencia constante de a quién perseguías y quien te perseguía a ti. Y sobre todo, al cruzar la línea de llegada ya se sabría el ganador. Viradas, desventes, roles y un viento fresco y racheado lo han acabado de aderezar.
Llegando a la piscifactoría de El Masnou, punto de virada, hemos coincidido con la regata local, lo que ha complicado algo más las cosas para algunos. Nosotros con un rizo pudimos mantener algo mejor el control.
A continuación, la empopada de regreso a Mataró a terminado con algunos spis rotos. Al seguir sólo con génova hasta pasar la zona más racheada, luego pudimos usarlo para una llegada a meta de infarto. Más de uno tendrá una contractura de cuello de tanto mirar atrás 🙂
Invertir el proceso, ha sido una gran idea para hacer más divertidos nuestros juegos con el viento 🙂
No acostumbro a publicar material ajeno en el blog, pero este vídeo de QuantumSails grabado a través de la cámara subjetiva del tripulante Phil ‘Bloodsie’ Jameson durante el campeonato del mundo de TP52 2010 en Valencia, da una idea bastante buena de cómo se curra en un barco de regatas. Aunque hay momentos de relax, todas las maniobras requieren de rapidez y coordinación, y en este caso mucha.
Este vídeo es una muestra.
Por cierto, lo he visto en esta entrada del blog del excelente fotógrafo Luis Fernández, que también recomiendo.
El pasado fin de semana tuve la suerte de poder presenciar la salida de la primera regata Mandarina’s Cup, celebrada en la Estación Náutica de Benicarló-Peñíscola, municipios que están apostando fuerte por la vela y el turismo náutico. No conseguí embarcarme en uno de los barcos participantes, pero sí en el Manuel y Begoña, magníficos huéspedes que me permitieron compartir con ellos el espectáculo desde su embarcación.
El sábado amaneció con fuerte viento de NE, el Mestral que baja por el valle del río Ebro coincidiendo con la Tramontana de la Costa Brava. En el puerto ya entraban rachas de 30 kts, lo que obligó a aplazar la prueba. Cuando por fin se dio la salida, había aún el mismo viento, pero de tanto esperar nos habíamos acostumbrado 🙂
El domingo, el viento dio un respiro, la regata ya se celebró sin tanto rizo y se pudo izar el spi en el bastón de sotavento. Unas boyas bien reñidas que al final dieron la victoria en RI al Grupo Euroatomizado, un Grand Soleil 40 que peleó hasta el último momento para superar el error con la boya del primer día y al Ciudad de Peñíscola en RIII.
Allá van unas cuantas fotos más por si no pudiste verlo en directo:
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Recientemente navegué de nuevo en el Tanit, el GS 40 con el que fui a Formentera en la regata Ophiusa. Una diferencia fundamental con el Naruto es que no lleva enrollador de génova en el stay. Esto quiere decir, que cuando se quiere poner el génova, hay que izarlo, montando toda la maniobra.
La primera ventaja es que se pueden usar distintos tamaños de foques para adaptarse a las diferentes condiciones de viento, teniendo en todo momento una vela «entera» con el perfil con que ha sido diseñada, en vez de un génova parcialmente enrollado. Los foques que no sobrepasen la altura de los obenques, podrán incluso trimarse más cerca de crujía con la ayuda de barbers (unos cabos con una anilla o polea que se fijan al pie del mástile). Además un foque o un génova sin enrollador tiene un borde de ataque (grátil) mucho más delgado, al no llevar el tubo del enrollador, lo cual le permite ganar unos grados extra en ceñida.
La desventaja, obviamente, es que es más complicado izar y arriar velas, que simplemente desenrollarlas, sobre todo en caso de mal tiempo, pero en el siguiente vídeo vemos que una vez controlada la técnica, y disponiendo de tripulación, es bastante sencillo.
Fases del izado del génova
Aproados al viento, colocaremos la vela plegada sobre cubierta. La driza de génova se hace firme al puño de driza, las escotas en su puño correspondiente y pasando por el exterior de los obenques y las poleas del escotero. La escota de sotavento sujeta al winche y cazada.
Desde el piano se recupera la driza para izar la vela. El proel controla que la relinga del foque no se atasque.Si hay alguien en la base del palo puede ayudar a cazar la driza para hacer la operación más rápida y evitar que la vela flamee demasiado rato.
En cuanto la vela está arriba, el timonel ya puede elegir el rumbo y el trimmer de génova adecuar el trimado a dicho rumbo hasta la próxima virada.
A partir de ahí sólo queda controlar el ángulo de las lanitas (flujo de viento sobre la vela) para obtener la máxima potencia vélica del viento disponible.