Siguiendo a la Polar (y II)
Ya baja el sol, así que tomo el camino de vuelta y me reúno con los cofrades asistentes a la kdd en la vieja cantina del puerto. El puerto de Cabrera está compuesto de un pequeño muelle y de cuatro barracones heredados del antiguo destacamento militar que cuidaba la isla. Ahora lo aprovechan los guardas del parque y gente de Medio Ambiente, que supongo que vienen a temporadas a hacer estudios de aves o peces o vete tú a saber.
Buen ambiente, alguna cara conocida, muchas por conocer. Los organizadores de la kdd (Quedada) tienen el acierto de repartir unos cartelitos con nuestro nick en el foro de la taberna, así que me paseo para poner cara a los nombres que ya conozco. Regalitos, camiseta recuerdo con bonito logo de la kdd, sobrasada casera, revistas, un montón de detalles. ¡Bravo por la organización!
Como ya se ha hecho tarde, decido dejar el buceo para mañana y nos acercamos al barco a coger cosas para complementar la cena en el puerto. Rompemos otro fusible de la fueraborda y toca remar de nuevo. Al final creo que acabamos rompiendo como siete. Tomás se dedicó a construirlos aprovechando viejos tornillos en cuanto se acabaron los repuestos. Cena en el muelle y nos volvemos con el dinghy (otra vez remando, por supuesto) al Santa Clara, donde los Jaimes intentaron convertirme en mallorquín de adopción a base de pomada, un engendro de 90% ginebra xoriguer y diez por ciento de limón para disfrazar. Tras el segundo considero que el rito iniciático ha sido superado y me arrastro a mi camarote usando los codos.
Me levanto oyendo un revuelo de zafarrancho. La tripu del First ha partido a las 7 am y Tomás quiere salir enseguida para poder ayudar si tienen algún problema. Los Jaimes y sus Almirantas aceptan ser desembarcados en un puerto que no nos obligue a desviarnos mucho de la ruta. Será en El Toro en vez de en Palma, lo que nos quita un rodeo de casi 4 horas. Todavía con la legaña y asumiendo que no hay buceo que valga, ayudo a preparar, subir el dinghy a cubierta, liberar fondeo y nos vamos.
A la salida de la bahía, un buen viento de través nos hace volar entre 7 y 9 nudos rumbo a Cabo Blanco. Frente a la bahía de Palma el viento cae y tenemos que poner motor. Llegamos al puerto de el Toro, nos abarloamos en la gasolinera para desembarcar a los mallorquines y aprovechamos para llenar depósitos de gasoil. Vuelta a la mar, izamos mayor y ponemos rumbo a Dragonera, cuando recibimos nueva llamada del First. Pasado Dragonera hay muy mala mar, debido al temporal que hay en Menorca, así que han dado la vuelta y pretenden amarrar en Port Andratx para dejar el barco y volver en avión. Reunión frente a la bocana de Port Andratx y hacemos un cambio de tripu. Dos de ellos se vendrán en el Sant Clara y yo paso al First para ayudarles en el traslado. Volvemos a zarpar i Enric me comenta que pasada la protección de la isla de Dragonera hay olas bastante grandes y poco viento. Un baile, vamos.
Intentamos poner rizos a la mayor y se parten los cabos, así que improvisamos uno de fortuna sujeto al puño de escota, que al cabo de un rato se afloja porque también se ha partido el pajarín. Reforzamos con otro cabo y cruzo los dedos mirando la driza de la mayor. El Santa Clara nos sigue bien cerca, aunque la VHF se oye muy mal.
El piloto es poco potente y parece que no puede con el oleaje, así que llevamos a ratos el timón a mano, hasta que un olor a quemado y todos los displays apagados (GPS, piloto, viento, sonda) nos convencen de que no tenemos baterías. Vaya, justo ahora que está oscureciendo. Informamos al Santa Clara, medio a gritos y medio a gestos y nos responde que se quedará cerca toda la noche. Él será nuestras luces y nosotros colocamos un frontal en la popa para que él pueda vernos y no nos aborde en plena noche.
Suerte que cogí mi Aventura. Lo tengo desde la semana pasada, para la bioci y el coche, pero aún no he podido estudiar bien como funciona. Ni siquiera tengo cartas marinas, pero como Garraf está en la costa, cargo el mapa de carreteras, marco un waypoint y apuntamos allá. Nos sale un rumbo 352º. Usaremos el compás, alumbrándolo con otro frontal, y comprobaremos el rumbo en el GPS cada hora como máximo para no gastar la batería iluminando la pantalla.
Al cerrarse la noche, distingo el la Osa Mayor y recuerdo aquel truco para localizar la estrella Polar. Con nuestro rumbo la hemos de llevar a la altura de la cruceta. A ratos una nube la cubre y usamos alguna otra estrella. Una gran sensación, sentir la olas por la amura de estribor y el barco escalándolas una tras otra, las correcciones del timón se hacen ya casi automáticas, siguiendo la cadencia que marcan las olas, casi nos anticipamos para evitar la S incómoda para los que duermen. Hemos decidido guardias de dos horas por parejas y llevamos el chaleco «por si acaso». No me quiero ni imaginar recoger a un tripulante en esta noche y sin luces, brrr.
El Santa Clara sigue cerca, algo más distanciado para evitar un abordaje por un despiste, pero siempre a la vista. A media noche el oleaje es menor y sopla algo de viento de sur. En mi siguiente guardia veré amanecer y luego volveré a dormir, mecido por las olas que ya entran por la aleta de babor, con Enric al timón y Ferran, que cada vez lo hace mejor.
Cuando despierto por la mañana, ya se ve la costa. Miro el GPS, un track bastante recto, nada mal y la batería todavía a tres cuartos de carga. Al rato llegamos a Garraf, amarramos de forma impecable y nos sonreímos complices de esta noche mágica, en que hemos navegado, confiando en el barco y en las estrellas (siempre bajo la protección de Santa Clara) Casi, casi, como los viejos navegantes 🙂
Problemas y soluciones:
- Al First se le estropeó el rodete de la bomba de refrigeración. Hay que llevar recambios.
- Al Oceanis le entró aire en el circuito del gasoil. Tomás desmontó y comprobó en 15 minutos el prefiltro, el filtro de gasoil y la bomba de inyección. Hay que aprender mecánica básica y practicar para que no te venga de nuevo.
- Al First se le quemó parte de la instalación eléctrica porque le habían hecho una chapuza usando cable demasiado fino. Hay que hacer las cosas bien, o se estropearán en el peor momento
- Partimos varios fusibles de la hélice del fueraborda. Creo que ahora ya se cambiar si vuelve a ocurrir.
- Nos quedamos sin instrumentación, aunque había compás, barco de apoyo y GPS de respeto, peeero, creo que es interesante aprender navegación astronómica. Ese será otro de los objetivos.
Hay también un vídeo de la singladura, aquí.
Siguiendo a la Polar
La semana pasada me llamó Tomás para invitarme a acompañarlo a la kdd de Cabrera 2009. Era una buena oportunidad para conocer esta isla al sur de Mallorca, que es parque nacional y hay que pedir permisos para fondear, etc. Nos acompaña Jaime, a quien no conocía personalmente, pero si por habernos dejado muchas horas de curro en favor de Anavre, la Asociación de Navegantes de Recreo que fundamos hace unos meses y que trabaja para hacer una náutica más accesible para todos. Ya somos un montón de socios en todo el país. Si todavía no eres socio, ¿a qué esperas?
Jaime vino de Mallorca en avión para hacer la travesía juntos y a la vuelta se quedaría allá y volveríamos a dos. Iremos en el Santa Clara, un Oceanis 510 y navegaremos en conserva con otro velero, un First 32s5.
Salimos algo tarde con una brisa floja, floja, que nos dura una horita y a partir de ahí, toda la noche a motor, a pocas revoluciones para ir siempre cerca del First y controlando los mercantes con la ayuda del AIS. Mar como un plato, unas guardias y una amanecer de película. Llegando a Malloca recibimos llamada del First, pararon motor para bañarse y ahora les suena una alarma d etemperatura al arrancar. Media vuelta mientras Tomás les asesora por la radio en el cambio de un rodete en el sistema de refrigeración. ¡Hay que llevar recambios a bordo!
Alcanzamos Dragonera por la mañana y a partir de ahí ya aceleramos algo para poder llegar al puerto de Sa Rápita y embarcar a Cristina, la mujer de Jaime. Cruzamos Andratx, la isla del Toro, la Bahía de Palma, Cabo Blanco…
Nos abarloamos en el muelle de abrigo, el tiempo justo para que Cristina suba a bordo y salimos del puerto rumbo a la playa de Es Trenc. Nada más salir de la bocana tenemos una parada de motor. Fondeo de emergencia para evitar las rocas y Tomás baja a ver. En 15 minutos ha purgado el circuito (prefiltro, filtro, bomba de inyección) y el motor arranca de nuevo.
Llegamos a Es Trenc y fondeamos, ya de noche cerrada, pero sin las prisas de antes. Cena en la bañera y tratamos de bajar a tierra con la zodiac. Apuntamos hacia las luces que se ven en la arena, voy controlando el fondo con el frontal… dos metros, un metro, craaac.. unas rocas surgen de improviso y tocamos con la hélice. Se parte un pequeño fusible metálico diseñado para estos casos… menos mal que trajimos los remos. Al final en la playa quedan algunos cofrades que ya se iban, así que… a remar de vuelta.
Por la mañana nos quedará una ceñida a más de 8 nudos hasta la isla de Cabrera, ahora con Jaume y Katy que embarcaron desde la playa. ¡Qué bien navega este Oceanis! La entrada a la bahía es estrecha y se se hace bajo la mirada del castillo situado en lo alto del promontorio. Fondeamos amarrando a una boya y nos quedamos embobados admirando esta bahía cerrada, flanqueada por colinas, el castillo, un faro, peces por todas partes… en fin, yo me quiero quedar aquí…
Tomás me acerca con la auxiliar al puertecito (un muelle con 4 casas y una cantina que son lo que queda de la antigua instalación militar que cuidaba la isla). Subo una corta pendiente y llego al castillo, desde el que se divisa perfectamente toda la bahía y la entrada. Estos militares ya sabían elegir bien el sitio, ya…
Continuará…
(de momento puedes ver también el vídeo)
Vídeo kdd Cabrera 2009
Algunas imágenes de la travesía de Garraf a Cabrera. Un montón de nuevas experiencias que relataré en breve, pero de momento, aquí va el vídeo
Mi primera regata de altura. La regata Ophiusa 2009
Traje de agua, botas, zapatos del barco, guantes, crema, otros guantes, un forro… no mejor dos, más ropa por si se moja… la cámara, un par de ópticas, un flash por si acaso… al final acabo con dos bolsas hasta los topes. Pero la primera vez has de pagar la novatada y no se muy bien que necesitaré y que no. Añado un frontal, un saco de dormir y ya no me cabe… dejo un forro. Cogeré un tren y así no dejo el coche en Sitges tantos días. Además a la vuelta iremos a Mataró y será un lío ir a recogerlo.
Me llama Tomas, él iba a Garraf y me puede acercar a Sitges pero sale ya. Corro a comprar comida, la cola del súper interminable, para variar. Tomas me llama, ya está en la puerta! Vuelo a casa, cojo la bolsa y llego al coche que parece que me mude de piso, pero es lo que hay. Comida en el CN de Garraf (Hay que ver ese pueblo. Es increíble!) vemos su barco y bajamos a Aiguadolç en el coche de David, un tipo que amarra su cata allí y que se ha pasado 10 años navegando por el Pacífico. Encontramos al Naruto y a Dani y Héctor que lo han traido desde Mataró. Dejo unos trípticos de Anavre en las bolsas de los participantes que hay que aprovechar cada ocasión de promocionar y José María, el organizador de la Regata Ophiusa ha colaborado encantado en ello.
9:00 Briefing en el hotel de Aiguadolç. La parte méteo muy bien explicada con proyección de GFS y GRIBS y buena interpretación. Tenemos un SW suave para empezar, una encalmada prevista para la noche y la entrada de vientos del SE para mañana, que rolarán a SW por la tarde noche con posibilidad de chubascos. Ahora sólo queda por decidir si dejamos Ibiza por Br o por Er, que es opcional.
12:10 Salimos bastante bien, detrás del Cometa, el Ninuriata de Jan Santana y otro. Toni decide seguir cerca de la costa para garantizarse la brisa hasta el atardecer. Bajamos hasta la térmica de Cubelles a muy buen ritmo y ahí el viento rola un poco por lo que viramos a rumbo 180º, apuntando a Ibiza. Trimamos velas constantemente, punteando para lograr la mejor ceñida y ajustando sin descanso para sacar décimas de nudo extra. Los contrincantes tampoco regalan nada. Al poco de arrumbar mar adentro oimos un resoplido y un Rorcual asoma la cabeza y vemos correr todo el lomo y una pequeña aleta. Un bicho enorme. Al poco unos delfines empiezan a jugar con la ola de proa del Naruto. Todo esta magia ya hace que valga la pena el viaje.
El sol cae mientras nos acercamos a la plataforma de Casablanca. Ahora están construyendo una segunda torre. Izamos el spi para aprovechar hasta la más mínima brisa. Al rato casi nos detenemos por completo. Ha llegado la encalmada.
Todos haciendo banda a sotavento logramos poner en marcha de nuevo al barco y así transcurre una noche mágica, de luna llena, mar de aceite y silencio sólo roto por el murmullo del agua sobre el casco y algún chapoteo de delfines que pasaban a saludar. Otro momento mágico.
Amanece cubierto. Hace frío. La borrasca anunciada ya está encima nuestro. El viento empieza a soplar de E-SE, como indicaba el parte. Hay que pasar por Tagomago. ¡Lo tenemos tan claro! Ceñida rabiosa con ola de cara durante unas horas. Se hace interminable. Cambio de planes y apuntamos a Es Vedrà, tras un rato avanzando rápidos, pasamos de 20 nudos de viento a una calma absoluta. Toda una hilera de barcos parados. Miramos arriba, una hilera de nubes marca la convergencia, al otro lado, tal vez a una milla, está soplando de W, pero como no vayamos remando… Ponemos el spi y damos media vuelta buscando la señal sobre el agua que dibujan las rachas de brisa. Poco a poco cogemos velocidad y nos ponemos en marcha de nuevo. Parece que al fin será por Tagomago. ¡Lo teníamos tan claro!
Oscurece antes de alcanzar la isla. La carta indica una losa oculta en el canal entre Tagomago e Ibiza, así que tenemos que ceñir más todavía para rodearla. La nube negra sobre nuestras cabezas empieza a relampaguear y tomamos un rizo. Al instante, el viento rola 180º y empieza a soplar a 20 y 30 nudos del W. Todos en banda y trabajando a tope la escota de la mayor, planeamos con puntas de más de 11 nudos durante casi dos horas. Eso nos da ánimos de nuevo, nos hemos mojado pero al menos ha servido de algo. Además no hemos roto nada y nadie se ha hecho daño, doble victoria. El viento calma al enfilar los Freus, zona de bajos entre las islas, la sonda marca solo 8 metros cuando pasamos entre las marcas. Me gustaría más pasar esto de día, pero es lo que hay, y ya queda poco. Al otro lado hay más ola, seguro que los que fueron por el W de la isla también han tenido un buen meneo. Ya vemos las luces del puerto de La Savina, cruzamos la boya a la 1: 30, tras 37 h 29′ de navegación. Cansados pero contentos. Nos abarloamos al muelle y a dormir, ya nos ducharemos mañana!
Mientras me duermo, pienso que estoy contento de la experiencia: condiciones variadas, trimado y cambio de velas incansable, siempre buscando la máxima velocidad, estrategias, viento nulo, flojo, medio variable, fuerte, racheado, mar en calma, rizado, olas…
El día siguiente Formentera tenía otro significado distinto a las anteriores veces en que había estado (llegando en avión a Ibiza). Día de charlas de pantalán y comentarios de sobremesa con E-clipse, Ventarrón, Mundo Redondo y Corintian, hablando de Minis, de proyectos, de Córcega… pero eso ya es otra historia.
Tras la cena y entrega de premios, y la sospecha de que no todas las regatas las encontraré tan bien organizadas, con tanto cariño y eficiencia, largamos amarras y cruzando la bocana vemos un arco de luna (como un arcoiris pero blanco) entre las nubes y la llovizna. Surrealista, como lo fué todo el viaje de vuelta, pero eso también es otra historia 🙂